Organizar tu economía personal no tiene por qué ser complicado. Solo necesitás contar con un método claro y un poco de constancia. En este artículo, te explicamos cómo hacer un presupuesto personal, cómo mantener el control semana a semana, y por qué esto puede marcar una diferencia real en tus finanzas.
Si estás planificando tus gastos a futuro o querés cumplir objetivos concretos, también podés simular tu préstamo y conocer opciones disponibles en línea o en cualquiera de nuestras sucursales.
Simulá tu préstamo de forma segura acá
Tabla de contenidos
¿Qué es un presupuesto personal y por qué es tan importante?
Un presupuesto personal es una herramienta de organización financiera que te permite planificar cómo vas a usar tu dinero. Es la manera más efectiva de:
- Controlar tus gastos.
- Evitar sorpresas al final del mes.
- Establecer metas de ahorro mensual.
- Cumplir objetivos a corto y mediano plazo.
- Tomar decisiones más seguras sobre tus finanzas.
Tener un presupuesto mensual bien definido no significa limitarse o dejar de disfrutar. Por el contrario, te da claridad sobre tus ingresos y gastos, ayudándote a decidir con conocimiento qué hacer con tu plata.
Paso a paso: cómo hacer un presupuesto personal desde cero
Si nunca hiciste un presupuesto, no te preocupes. Armarlo es más simple de lo que parece y no necesitás herramientas complejas. Con este paso a paso, vas a poder construir un esquema financiero claro y adaptado a tu realidad, ideal para organizar tu plata con responsabilidad.
1. Sumá todos tus ingresos mensuales
El primer paso para elaborar un presupuesto mensual efectivo es conocer exactamente cuánto dinero tenés disponible cada mes. Esto incluye:
- Sueldo (neto) si trabajás en relación de dependencia.
- Honorarios o ingresos por trabajos independientes, si prestás servicios o tenés una actividad comercial.
- Ingresos adicionales, como comisiones, horas extra o ventas esporádicas.
- Pensiones o jubilaciones, si aplican a tu situación.
🔎 Consejo: evitá proyectar ingresos que no estén garantizados. No cuentes con bonos, reintegros o ayudas que aún no recibiste. Tu presupuesto debe estar basado en ingresos reales y estables, para que sea sustentable.
También es importante diferenciar entre ingresos mensuales regulares y aquellos que recibís cada tanto (por ejemplo, aguinaldo o devoluciones). Estos últimos pueden destinarse a objetivos puntuales o a reforzar el ahorro.
2. Identificá tus gastos fijos
Una vez que sabés cuánto ganás, el siguiente paso es determinar cuánto tenés comprometido en gastos fijos, es decir, los que tenés que pagar todos los meses sin excepción.
Ejemplos habituales de gastos fijos:
- Alquiler o expensas.
- Servicios básicos (luz, gas, agua, internet, teléfono).
- Transporte público o combustible.
- Alimentación esencial.
- Cuotas de préstamos.
- Seguros (de salud, auto, etc.).
- Educación, si pagás cuotas escolares o universitarias.
Estos gastos suelen mantenerse relativamente estables a lo largo del tiempo, por lo que podés estimarlos con bastante precisión.
Una vez que tengas este total, vas a saber cuál es tu piso de gastos ineludibles. A partir de ahí, podés ver con qué margen contás para el resto.
3. Registrá tus gastos variables
Los gastos variables son todos aquellos que cambian mes a mes, según tus hábitos, decisiones o imprevistos. Aunque no sean fijos, impactan fuertemente en tus finanzas, por eso es clave registrarlos y analizarlos.
Entre ellos se incluyen:
- Salidas a comer, cine, espectáculos.
- Compras personales (ropa, calzado, accesorios).
- Gastos en apps de delivery o plataformas de streaming.
- Regalos, celebraciones o eventos.
- Mantenimiento del hogar o del auto.
- Compras impulsivas o de “gusto”.
Una buena estrategia para controlar tus gastos variables es establecer límites por categoría.
4. Definí una meta de ahorro
El ahorro mensual no debería ser un sobrante, sino un objetivo más dentro de tu presupuesto. Es una forma de cuidarte en el futuro, estar mejor preparado para imprevistos y cumplir metas importantes.
¿Cuánto ahorrar?
Se recomienda un 10% de los ingresos mensuales, aunque el porcentaje ideal depende de tus posibilidades. Lo importante es empezar, aunque sea con un monto pequeño.
¿Para qué ahorrar?
- Armar un fondo de emergencia (ideal: 3 a 6 meses de gastos fijos).
- Alcanzar metas: un viaje, una compra importante, iniciar un curso.
- Hacer frente a imprevistos sin comprometer tu estabilidad.
Ahorrar con constancia es tan importante como cualquier otro gasto: al incluirlo en tu planificación, estás dando un paso clave en tu educación financiera.
5. Calculá tu balance mensual
Con toda la información reunida, llega el momento de cruzar los datos y obtener una radiografía completa de tu situación financiera.
Fórmula básica:
Ingresos mensuales – (Gastos fijos + Gastos variables + Ahorro) = Balance mensual
Según el resultado, podés sacar conclusiones:
- Balance positivo: significa que estás gastando menos de lo que ganás. Podés reforzar tu ahorro o prever inversiones.
- Balance neutro (0): indica equilibrio, pero también vulnerabilidad. No tenés margen ante imprevistos.
- Balance negativo: estás gastando más de lo que ingresás. Es momento de ajustar algunos consumos o analizar herramientas financieras de respaldo.
Control de gastos semanal: el hábito que hace la diferencia
El presupuesto mensual es una excelente herramienta, pero si no se acompaña con seguimiento y control, puede perder eficacia. Por eso, recomendamos incorporar el control de gastos semanal como parte de tu rutina financiera.
Este hábito te permite:
- Evitar desvíos importantes a mitad de mes.
- Detectar gastos innecesarios a tiempo.
- Corregir errores de cálculo o ajustes mal estimados.
- Evaluar cómo vas respecto a tu objetivo de ahorro.
¿Cómo se hace el control semanal?
Implementar esta práctica es simple y no lleva más de 15 minutos por semana. Te recomendamos seguir estos pasos:
- Establecé un día fijo, como los domingos por la tarde o los lunes por la mañana. Convertilo en una rutina, como revisar el mail o preparar la agenda.
- Revisá todos los movimientos de la semana. Podés usar:
- Resúmenes de cuenta bancaria o billetera virtual.
- Comprobantes de pago guardados.
- Apps de gastos o una planilla de Excel.
- Un cuaderno si preferís hacerlo a mano.
- Compará con tu presupuesto mensual. ¿Te mantuviste dentro de los límites? ¿Hubo un gasto inesperado? ¿Te excediste en alguna categoría?
- Evaluá tu ahorro. Si ya lograste apartar lo que te habías propuesto, excelente. Si no lo lograste, analizá si fue por un gasto puntual o por desorden general.
- Tomá decisiones. Según lo que veas, podés:
- Reducir ciertos consumos la semana siguiente.
- Reacomodar partidas de gasto.
- Anticiparte a un gasto grande y ajustar el resto.
Errores comunes al hacer un presupuesto (y cómo evitarlos)
Armar un presupuesto personal es útil, pero si no se aplica correctamente puede perder efectividad. Estos son algunos errores frecuentes que te conviene evitar:
- No anotar todos los gastos, especialmente los pequeños o en efectivo.
- Ser demasiado optimista con los montos asignados a cada rubro.
- Olvidar gastos no mensuales, como seguros anuales o mantenimiento del auto.
- No revisar el presupuesto durante el mes.
- No dejar margen para gastos imprevistos.
La clave está en mantener una planificación realista y ajustada a tu estilo de vida.
¿Un préstamo puede ayudarte a organizar tus finanzas?
En ciertos casos, acceder a un préstamo con planificación puede ayudarte a resolver situaciones puntuales o cumplir objetivos financieros sin afectar tu liquidez mensual.
Por ejemplo:
- Reparaciones del hogar.
- Compra de equipamiento necesario.
- Inversión inicial para un proyecto personal.
Antes de decidir, te recomendamos evaluar tus posibilidades y simular tu préstamo para conocer las cuotas y plazos posibles. Recordá que podés hacerlo online o acercarte a cualquiera de las sucursales de Crédito Argentino en todo el país.
Rápido, simple y en cuotas fijas. ¡Pedilo online o en nuestras sucursales!
Sujeto a verificación crediticia
VER MÁS
Convertí el hábito en rutina
La organización financiera no es un evento aislado, sino un proceso continuo. Al incorporar estas prácticas en tu día a día, vas a notar una mejora en tu economía personal, sin necesidad de grandes sacrificios.
Si querés financiar un objetivo o cubrir un gasto puntual, te invitamos a simular tu préstamo y conocer las opciones que tenemos para vos.